El 1925 Miguel Primo de Rivera prohibió jugar partidos al Barça, símbolo entonces de la resistencia catalana contra el poder central, sobre todo bajo la dictadura del general (1923-1930). El 14 de junio de 1925 el club azulgrana organizó un partido contra el CE Júpiter -equipo histórico de la ciudad- en homenaje al Orfeó Català. La autoridad gubernativa no concedió el permiso y esto provocó que el día del partido una gran cantidad de seguidores y catalanistas se concentraran en Les Corts.
Finalmente se concedió la autorización previa, y antes de empezar el partido, ya con el público en las gradas, una banda de música de la Brittish Royal Marine interpretó los himnos español y británico. El público pitó ruidosamente la Marcha Real -el himno español de entonces- y aplaudió al contrario el God Save the King británico.
La autoridad gubernativa, enfurecida por el incidente, no tardó en reaccionar contra el Barça: el Campo de Les Corts fue cerrado durante seis meses, a pesar de que la sanción al final se redujo a tres. El presidente -y fundador del club-, Joan Gamper, presentó su dimisión.